Mafiosos

Publicado el: Dom, 11/08/2019 - 18:50 Por: drupaladmin
Richard Gere en el Open Arms

Se incluye un post de Facebook de alguien que se identifica como El Librepensador II que me ha parecido interesante con motivo de la visita, en el mes de Agosto de 2019, del riquísimo actor Richard Gere al barco de la ONG Open Arms que realiza una función humanitaria recogiendo gente en el Mar Mediterraneo.

El fenómeno de la inmigración no es algo que nos haya descubierto el siglo XXI. Desde tiempos remotos, los seres humanos han ido por el mundo en busca de una vida mejor. Una decisión lógica, que todos tomaríamos, si no hubiéramos tenido la fortuna de nacer en alguno de los pocos territorios que hay en el planeta, en los que las necesidades básicas están cubiertas. Lo que sí nos ha traído este siglo es la existencia de nuevos negreros.

Organizaciones con un gran ánimo de lucro disfrazadas de buenismo progre, sin ninguna intención de solucionar el problema de fondo y con muchas ganas de llevárselo crudo. Por mucho que los medios de desinformación (sus mejores aliados) recurran al sutil juego de la perversión del lenguaje, un rescate jamás será ir a recoger a unos 50 kilómetros de la costa a un grupo de personas y transportarlos a más de 900 kilómetros, para así, asegurarse la subvención de turno por los servicios prestados. Lejos de ser héroes, son una banda de delincuentes que cooperan con las mafias y viven del tráfico de personas.

Nadie medianamente lúcido, puede creerse el cuento de que se trata de pobres desnutridos subsaharianos. La realidad dista mucho de ser esa basura sensacionalista que quieren transmitirnos. Lo cierto es que los que están a bordo de los barcos de las ONG son gente con recursos económicos suficientes para poder pagar a las mafias alrededor de 3.000€ (una cifra muy superior a la renta per cápita de los países subsaharianos). Personas formadas que, en muchos casos, sueñan con un futuro mejor. Que las mafias jueguen con las ilusiones de miles de personas es algo que no debería sorprendernos, pero que nuestras instituciones gubernamentales y las ONG alienten esa falacia, no sólo es éticamente reprochable, sino que además, pone en riesgo el futuro de los ciudadanos europeos con la llegada de millones de personas que, desgraciadamente, no podemos acoger.

El resultado de actuar tan irresponsablemente, trae como resultado el éxito de fantoches como Salvini, Le Pen y Meuthen. Ese es el drama de Europa, que son ellos los únicos que se atreven a decir la verdad porque el resto teme ofender al conglomerado mafioso que nos invade.