¿Cómo te llamas?

Imagínate que estás visitando como turista uno de los Reales sitios, en concreto el de San Ildefonso, en Segovia. Te enteras de que el Sitio de La Granja estuvo ocupado principalmente por Felipe V (Felipe D’Anjou), casado con Isabel de Farnesio y que fue el escenario más importante para la instauración de los Borbones en lugar de los Austrias. Tanto fue el encanto que el sitio causó en Felipe V, que decidió ser enterrado allí -en lugar de en el Panteón de los Reyes del Monasterio del Escorial-, y efectivamente allí yace junto a su mujer, en la Colegiata aneja al Palacio.

Automáticamente empiezas a pensar en los Borbones, los Reyes de España anteriores, Carlos II «el hechizado» -porque debía estar «ido», que no hechizado-, etc… y así hasta que en una de las últimas salas hay un busto y una placa en la que se conmemora el nacimiento de S.A.R Don Juan de Borbón, precisamente en el Palacio de La Granja de San Ildefonso.

Enseguida empiezas a pensar porque Don Juan no fue Rey de España. La Historia necesariamente reconocerá la grandeza de quien pese ser su derecho dinástico, renuncia al trono que le corresponde en favor de su hijo Don Juan Carlos I. Y ello para colocar a la Monarquía como garante de la reconciliación de todos los españoles. Y esto bajo la atenta vigilancia de Francisco Franco, apoyado por un «SI» mayoritario de todos los españoles en un Referéndum en el que el pueblo «llano» no debía ser muy consciente de que votaba. De algún modo -aunque entonces no fuera así-, ese Referéndum daba legitimidad a la Monarquía frente a la República. No sabemos que habría ocurrido si el resultado del Referéndum hubiera sido «NO».

En todo caso, está claro que los Referéndum se diseñan para ser siempre a favor de quien lo propone. Raras veces el resultado es contrario al que espera el proponente.

Don Juan sabía lo que es una guerra civil y sabía que era preciso que pasaran algunas generaciones para que las heridas del enfrentamiento entre las izquierdas revolucionarias -PSOE de Largo Caballero, POUM, PCE, Anarquistas, etc..- auspiciadas por la II República y el resto de los españoles,- Radicales, Falangistas, Monárquicos y otros partidos agrupados en la CEDA…-, pudieran cicatrizarse. Por eso el sacrificio en pasar a a Historia como NO Rey.

Don Juan era consciente de que un Rey debía serlo de todos los españoles, y a él no se le identificaba como tal. Del mismo modo, un Presidente de República lo debía de ser de todos los españoles, y no de algunos, como ocurrió con Manuel Azaña tras fundar en 1934 Izquierda Republicana y participar en el pacto de San Sebastián para implantar la República tras las elecciones municipales de 1931. Un manipulador nato y culto que necesariamente no podía entenderse con gente con el nivel de formación de Largo Caballero -el incendiario Stalin español- o Juan Negrín, y a los cuales se debía sin embargo…

 

Esa fue la diferencia entre Monarquía y República. Esto es «Memoria Histórica».. Y además, cercana.

Pues bien, hete aquí que al PSOE actual le interesa crear confrontación, «tensión» -como pudimos ver y oír a Zapatero en voz en «off» en el canal «Cuatro»-, que a un juez estrella – que aspira al Premio Nobel-, se le ocurre pedir a la Iglesia, a las Instituciones de todo tipo, etc.., censos de muertos en la guerra civil a partir del 17 de Julio de 1936 – como si anteriormente no hubiera ocurrido nada por las huestes -. Se recurre a la «Memoria Histórica», que es algo que no existe. Se recurre a decir que «la legitimidad» -de Ley- fue «violentada» por los militares que se rebelaron, porque fue una rebelión de militares de graduaciones medias, no de los «Generales». Parece que se quiere por alguien volver a instaurar un régimen republicano, pese a que la legitimidad -repito, de Ley- ahora es otra. Unos pocos españoles tratan de gobernar para sus próximos, no para todos los españoles. Es una historia conocida.

Afortunadamente, los tiempos han cambiado.

Yo siempre he creído que la institución monárquica era caduca y ex-temporánea. Como tal, el Reino mantiene a una familia con unos privilegios hereditarios, solamente como depositarios de la Historia del país. Por eso es importante la linea sucesoria sobre todas las cosas. Eso conlleva -mejor, conllevaba-, una formación excepcional del Heredero al Trono sobre su futuro Reino. Las bodas y relaciones debían ser «entre iguales». Una boda Real era un asunto de Estado, no de enamoramiento.

Cuando el Principe Felipe decide casarse con «una plebeya», mi sentimiento se escoró hacia el lado de los partidarios de una República. A mi entender se había «roto» lo mas característico de una monarquía, el mantenimiento de la «linea sucesoria entre iguales». En este sentido, yo creo que no era «monárquico», sino mas bien «juancarlista», tras los hechos del 23-F. Por eso mi sentimiento podía escorarse a ambos lados, el monárquico o el republicano.

Todo esto pasaba por mi cabeza.

Tras la visita al Palacio decidimos ir a comer un restaurante cercano, «recomendado» por un inmigrante africano -desconozco si «legal» o «ilegal»- que nos dio un papel con los posibles menús e ideas de precios. En fin, una de esas listas para turistas que te dan cuando te ven con un bolso y una cámara fotográfica…

Una vez que entramos, un solicito camarero no tomó la comanda. Estaba en ello cuando a nuestro lado pasó una persona que me dio la impresión de parecerse a Leticia Ortiz. Iba comentárselo a mis acompañantes, cuando me fijé que la tal persona iba acompañada por una con un gran parecido al Príncipe Felipe y de una niña con un gran parecido a la actual heredera del trono de España, Leonor de Borbón Ortiz.

Discretamente se sentaron en una mesa cercana a la nuestra y el camarero que compartíamos -muy profesional-, fue a atender a los ilustres comensales y sus amigos

Curiosamente las apetencias eran las mismas. cordero asado, ensalada, helado, cerveza y algún entrante. El Príncipe Felipe comía como todos los humanos. Inclusive cogía alguna pieza del cordero con la mano y se llegó a «chupar los dedos». Muy normal todo. Inspiraba respeto y cordialidad. Igualmente, la heredera al Trono de España, pese a su corta edad y desconocimiento del protocolo, comió con tranquilidad y solamente al final su madre la ayudó con el postre de helado. La niña, de un modo espontáneo, levantó su mano derecha y dedo indice para decir «primera, soy la primera…»

Los niños, una vez comidos tratan de jugar en el entorno y de moverse y corretear, lo que en este caso les estaba vedado. No exenta de espontaneidad, la heredera al Trono de España se dirigió a la mesa que tenía mas cercana -la nuestra- y empezó a hacer carantoñas y jugueteos, gritándome: ¿Como te llamas?, a lo que yo respondía con mi nombre en voz baja. Ella repetía varias veces la pregunta y yo respondía de igual modo.

Ese «juego» se interrumpió cuando su madre vio que la niña actuaba -o empezaba a actuar- fuera de protocolo. Súbitamente se levantó de la mesa y los comensales desaparecieron seguidos de un grupo de personas guardaespaldas que habían pasado desapercibidos. Buenos profesionales, al igual que el camarero que supo atender con parecida diligencia una mesa real y una plebeya. El resto de comensales de otras mesas, una vez pasados los primeros instantes, se comportó con igual naturalidad.

Empezamos a comentar la visita, y jocosamente decíamos que habían ido a la casa del «abuelo» del Príncipe (Don Juan de Borbón) y otras chanzas análogas.

Pero a mí se me había quedado algo interiorizado. Pensé en la espontaneidad de una niña -porque es una niña, no una heredera-, y en si esa frescura iba a poder ser mantenida en el tiempo y con el devenir de la Historia que la toque vivir, porque las familias Reales «viven» la Historia. El resto de los mortales somos simples acompañantes del cuadro escénico…O mejor dicho: Eramos simples acompañantes. Hoy en día, no. Podemos pensar si queremos Monarquía o República. Podemos inclusive tratar de proponerlo. ¿O no?

La pregunta por tanto es: ¿Es posible instaurar una República «hereditaria» en la que se pueda cambiar al heredero si éste no es Presidente de la República para todos los españoles?. Dicho de otro modo, ¿se puede instaurar una Monarquía republicana?. España es claramente Monárquico-Republicana, liberal de centro-derecha. Que no nos vengan con milongas.

Ya que el príncipe heredero, el Príncipe Felipe, ha roto con principios básicos de las monarquías, tiene que demostrar que es capaz de ser Rey de todos los españoles. Tiene que «ganarse» -al igual que hizo su padre- el puesto. Lo mismo tendrán que hacer sus descendientes, como Leonor de Borbón Ortiz, y no olvidar que representan a todos los españoles, inclusive a los que les odian y promueven enfrentamiento entre españoles.

Por mi parte a mi me gustaría que el primer «Presidente de la República Monarquica» tuviera la espontaneidad y frescura de la heredera del Trono. Este hecho ha provocado que mi sentimiento monárquico-republicano se escore esta vez del lado monárquico. A mi me gustaría ver al primer Rey que instaura pacíficamente una República y a la primera Presidenta de la III República.