Eso era...la taxonomía verde !!!

Publicado el: Vie, 07/01/2022 - 20:17 Por: drupaladmin
Una nuclear cuyas chimeneas de refrigeración emiten vapor de agua...

El 'lío' de la taxonomía: ¿por qué quiere Bruselas que la nuclear sea verde y por qué se niega España?

La Comisión Europea prepara una normativa que consideraría la energía nuclear y el gas natural como fuentes renovables de cara a la inversión

Artículo de GUILLERMO DEL PALACIO en el diario El Mundo el Miércoles, 5 enero 2022 con comentarios de la edición de monzuspain.com.

Según el diccionario de la RAE, taxonomía es clasificación. Se aplica en particular, dentro de la biología, para la ordenación jerarquizada y sistemática, con sus nombres, de los grupos de animales y de vegetales. Por tanto definir una taxonomía es básicamente definir un criterio de clasificación sistemático.

¿Que quiere decir taxonomía verde? Pues está claro, una clasificación sistemática de lo verde. Lo verde "es bueno" y "lo no verde" es malo. Los científicos no están de acuerdo en ese planteamiento simplista, aunque fácilmente asimilable por los mortales comunes, así que los políticos han salido al paso y se han puesto a definir la "taxonomía verde", la taxonomía de las cosas del medioambiente (todo lo que existe en la tierra...) que son "buenas", diciendo que es bueno todo lo que "no produce residuos". Se olvidan de que toda la actividad humana y natural llevan a la entropía creciente, por los principios inexorables de la termodinámica en última instancia y la producción de residuos, que inclusive pueden ser beneficiosos para la naturaleza: sirva de ejemplo el efecto del CO2 sobre las masas vegetales y el proceso de fotosíntesis.

Pero no, se trata de sostenibilidad, de que las cosas siempre estén y sean del mismo modo, - lo contrario al cambio, que es el motor de la vida, el cambio continuo. Queremos que un delta no evolucione y que una laguna no se colmate nunca y que la temperatura no cambie, pero ¿cual debe ser la temperatura ideal?, ¿cuanto CO2 debe existir en la atmósfera para que las masas vegetales crezca?

No importa cuantificar. Lo importante es que tienen un poder de dioses cuando la soberbia de los próceres les hace creer que se puede controlar la evolución, el movimiento, el cambio continuo y permanente de la vida y naturaleza que se rige por leyes inexorables desde hace mas de cuatro millones de años -, entre otros cambios el cambio climático, por ejemplo, y que ese sentimiento se ha visto alimentado por la pandemia CoVID-19 y su efecto global.

Ahora ya sabemos que la taxonomía verde es la clasificación que los políticos quieren hacer de lo que han bautizado como medioambientalmente bueno.... Y aquí es donde aparecen las discrepancias entre los políticos, con intereses totalmente diferentes.

En eso se está en Europa, como analiza el artículo de referencia que se reproduce a continuación.

Si la taxonomía verde es un indicador, el año 2022 promete ser agitado en el seno de la Comisión Europea. Este sistema de clasificación de actividades económicas y, lo que ha causado más revuelo, tecnologías de generación de energía aún es un borrador, pero ya ha recibido un duro comunicado del Ministerio de Transición Ecológica y la oposición frontal del Gobierno. Éste, a su vez, es criticado por una de las industrias que se encuentran en el centro del asunto: la nuclear. Para Bruselas, debe ser considerada verde; para España, esta idea "no tiene sentido".

La propuesta fue enviada a los estados miembros de la Unión Europea poco antes de la medianoche del 31 de diciembre. Hasta en la elección de la fecha su comienzo fue accidentado. En este borrador se incluía ya la idea de conseguir clasificar las actividades en función de su sostenibilidad, lo que beneficiaría tanto a las empresas como a los inversores privados. El problema es que, al menos en esta primera clasificación, la energía nuclear y el gas natural serían considerados verdes.

Hay matices, pero la propuesta parece responder a lo que buscaban Francia (que depende mucho más que otros países europeos de la energía nuclear) y Alemania (que, paradójicamente, capeó en cierto modo la crisis del gas gracias al carbón). En el primer caso, serían consideradas centrales limpias todas aquellas a las que les sea expedido el permiso de construcción antes de 2045. En el segundo, serán 'verdes' las plantas ya construidas que emitan menos de 100 gramos de CO2 por kilovatio hora y las de nueva construcción que no superen los 270 gramos por kWh, si bien Bruselas exigirá que no se pueda cubrir esa necesidad con renovables y que las nuevas plantas sustituyan a una que sea más contaminante.

De este modo, ambas energías estarían a la altura de las renovables clásicas como la eólica o la solar, a pesar de que sí producen residuos -la nuclear- o directamente gases de efecto invernadero. De hecho, la compleja crisis de precios de la luz del año anterior se produjo, en parte, por el pago de los derechos de emisión de CO2 al que está sujeta la generación de electricidad mediante gas natural. "De aquí hasta el 2050, las renovables no pueden hacerse cargo del consumo eléctrico en ninguno de los países de Europa", recuerda el directivo.

España, que ya tiene una fuerte apuesta por las renovables, se vería beneficiada, ya que varias de sus centrales que actualmente no son consideradas verdes pasarían a tener este distintivo. También su cercanía con Francia sería positiva en este sentido. No obstante, el país no ha visto con buenos ojos la medida. En opinión de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, la propuesta de Bruselas "no tiene sentido y manda señales erróneas para la transición energética en el conjunto de la UE".

Por su parte, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, considera la propuesta "positiva", ya que cree que supone "un espaldarazo a la energía nuclear. "Vamos a un panorama descarbonizado (cualquier cosa que eso signifique...La palabra descarbonizado no está en el Diccionario de la RAE) con una presencia mayoritaria de centrales de origen renovable", expone Araluce, pero aún hal camino por recorrer y las nucleares desempeñan un papel importante en la transición. De hecho, recuerda que se han alcanzado acuerdos para su continuidad precisamente por esto. "La energía nuclear es necesaria", sentencia.

Ribera reconoce que las dos tecnologías tienen aún protagonismo en esta transición a las nuevas fuentes -aún hay que recurrir a ellas cuando las renovables no son capaces de producir suficiente energía para la demanda del sistema-, pero creo que debe entenderse como algo limitado en el tiempo. "Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles", declaró la ministra en un comunicado. En opinión de Araluce, esta respuesta es "sorprendente", pues reconoce el papel importante de la energía nuclear y el gas, pero pide que reciban una consideración aparte: "La propuesta de la Comisión ya dice que se temporal".

Por el momento, el único punto en común parece ser el rechazo a la propuesta actual. Ni siquiera Alemania, que ve con buenos ojos que el gas sea verde, está a favor de darle esta consideración a la nuclear, que está muy mal vista en el país. Salvo excepciones como la de la propia Francia, Bulgaria, Grecia (con matices: no quiere construir centrales, pero sí su energía) o Polonia, casi nadie quiere que la energía atómica entre en esta taxonomía, mientras que el gas natural genera más debate.

El problema, de todos modos, no es la energía en sí, sino únicamente su taxonomía. La postura entre los 'antinucleares' no es que haya que prohibir esta fuente, sino que la inversión y los fondos deberían ir a las renovables puras. Lo que se argumenta en los pasillos de Bruselas es que construir una central nuclear es un proceso largo y costoso, por lo que para cuando el mercado mayorista europeo pueda beneficiarse de su producción, tal vez ya se haya encontrado una forma de almacenar mejor la energía intermitente que producen, por ejemplo, los parques eólicos o los solares. Financiar nuevas plantas atómicas sería un caso de lo que se conoce como stranded assets o activos varados: una gran inversión en un bien que quedará obsoleto pronto.