Lluís Companys, el mártir republicano y controvertido que ahora reivindica Quim Torra

Publicado el: Sáb, 12/09/2020 - 23:24 Por: drupaladmin
Lluís Companys durante la proclamación de la República catalána dentro de la República Federal Española

Noticia/Articulo del diario El Mundo. del autor Iñaki Elakurria, que el consejo editor considera interesante para la Memoria Histórica.

Curiosamente en el momento de fotografía que ilustra el artículo, cuyo pie dice: "Lluís Companys durante la proclamación de la República catalana dentro de la República Federal Española", se declara la República Catalana y para no quedar "descolgados" de España, convierten a la República Española en República Federal, lo que no era según la declaración de la República Española...

Controvertida y polémica. Con numerosos admiradores y grandes detractores, la figura del ex presidente de la Generalitat Lluís Companys vuelve al debate político después de que Quim Torra, en su mensaje de la Diada, exigiera al Rey y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se excusen de forma solemne en el 80 aniversario de su fusilamiento en el castillo de Montjuic por el régimen franquista tras haber sido detenido el 13 de agosto de 1940 en La Baule-les-Pins (Francia) por las tropas alemanas, trasladado a España y condenado a muerte «por adhesión a la rebelión militar» en un consejo de guerra sumarísimo.

Con esta nueva reivindicación del que fuera fundador de ERC, ministro de Marina del Gobierno republicano en 1933 y presidente de la Generalitat entre 1934 y 1940, Torra hurga de nuevo en el pasado de España para castigar a su presente democrático, por mucho que los claroscuros en la biografía de Companys -«el presidente mártir»- provoquen resquemores en parte del nacionalismo catalán. Al considerarlo responsable del terror que escuadrones revolucionarios sembraron en la retaguardia de la Guerra Civil, después de que decidiera la constitución del Comité Central de Milicias Antifascistas y que armara a grupos anarquistas e independentistas que asesinaron a sangre fría, o después de la celebración de «juicios populares» a 8.600 personas en Cataluña, según cálculos del historiador Josep Termes. Aunque otros estudios elevan la cifra hasta los 12.000.

Companys es señalado también como el responsable, tras la reciente la recuperación de archivos que permanecían olvidados en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, de haber ordenado la apertura a la fuerza de 10.000 cajas de ahorro de particulares, entre 1936 y 1938, para entregar lo incautado al Banco de España o la Tesorería de la Generalitat.

Esta doble cara del político y abogado que empezó su carrera en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y que ejerció en los años 20 como defensor de pistoleros anarcosindicalistas, puede explicar que una figura tan reconocida por la historiografía oficial no cuente con una biografía canónica. Si bien la mayoría de obras publicadas coinciden en señalar su carácter inestable y atormentado, así como sus sinuosas lealtades políticas, que le granjearon la desconfianza de parte del independentismo. Le llamaban despectivamente «el españolista», al no perdonarle su complicidad inicial con Alejandro Lerroux y que hubiera sido fugaz ministro de Marina.

Muy sensible a los comentarios, Companys quiso reivindicar su determinación nacionalista en el año 1934, cuando después de que entraran ministros de la CEDA al Gobierno de la República y la anulación de la ley catalana de Contratos y Cultivos, salió el 6 de octubre al balcón de la Generalitat para desafiar la legalidad y proclamar «el Estado catalán de la República federal española». Poco antes de retirarse a su despacho dijo: «A ver si ahora diréis también que no soy catalanista». No tardaría en ser detenido y juzgado por un tribunal republicano.